Jóvenes evangelistas predicaron en el Paseo de la Fama de Hollywood y ministraron a muchas personas que pasaban por allí. El objetivo del grupo es transformar las calles de Estados Unidos en altares, donde la adoración y la proclamación del evangelio puedan llegar a muchas vidas.
Ross Johnston y su equipo recorrieron las calles de Hollywood para compartir el Evangelio de Jesucristo, cantar alabanzas y orando por las personas. Ross aspira a que “las calles de Estados Unidos se conviertan en altares”.
Ross cree que si cada ciudad importante de Estados Unidos tuviera adoración y proclamación del evangelio, innumerables personas podrían recibir salvación y sanación. Tiene fe en ver a la iglesia involucrarse en su propia ciudad, con audacia y amor a Jesús.
“¿Qué pasaría si en todas las ciudades importantes de Estados Unidos se llevara a cabo el culto y la proclamación del evangelio? ¿Cuántos recibirían salvación y sanidad?”.
Continuó: “¡Estoy creyendo en ese día en que veamos a la iglesia en gran escala entrar en su propia ciudad entre su propia gente con audacia y amor por Jesús!”
En la reciente reunión en el Paseo de la Fama de Hollywood, predicaron, oraron y alabaron a Jesús, siendo testigos del avance del Reino de Dios. Varias personas se salvaron mientras caminaban por la calle, tocadas por la gloria de Dios y entregando su vida al Señor.
Ross enfatiza la importancia de abrir la boca y compartir el evangelio con amor y poder. Él cree que veremos la salvación esparcida por todo el estado y la nación si tan sólo estamos dispuestos a compartir el mensaje del amor de Jesús.
“¡Si tan solo abriéramos la boca y compartiéramos el evangelio con amor y demostración de poder, veríamos la salvación estallar en todo nuestro estado y nación!”, dijo.
Esta no fue la primera vez que Ross y su equipo tuvieron un encuentro poderoso en el Paseo de la Fama. El año pasado, también realizaron evento en el mismo lugar. Ross recuerda a un hombre que fue elegido por el Señor durante ese encuentro. Al indicarle que levantara las manos y cerrara los ojos, el hombre experimentó el toque de Jesús y encontró la salvación allí mismo, en medio de la calle.